UN BÚHO QUE TALVEZ QUISO SER

UN BÚHO QUE TALVEZ QUISO SER.
Mientras las aves nocturnas vuelan y se posan bajo el auspicio del resplandor de miles de estrellas y el manto bruno que abriga el cielo, sus ojos recrean miles de historias bajo su mirada fija e impávida.
Miren bien, esa hermosa joven que bajo un hechizo fue convertida en búho y chocando con un árbol su pico quedó aplastado, es él mismo que en otro lugar es protección para los guerreros, él mismo que simboliza y guarda el inframundo, que aguarda en el bosque como un espíritu libre y que en su chillido trasporta malas noticias, es él a quien Palas Atenea lleva sobre su hombro y termina por ser reflejo de su esencia, siendo de la misma forma signo y símbolo de la sabiduría.
Recrear miles de historias… Sin fecha y sin registro, con silencios y palabras, con posibilidades e imposibles, entre tantas historias; aquí les doy cuenta de una de ellas.

LA UNIVERSIDAD NACIONAL VISTA DESDE EL CIELO
Por alguna extraña razón que quizá por fortuna no conozco bien, desde hace muchos años se ha tenido la idea mágica de que nuestra Universidad está construida en forma de búho; sí, en forma de búho, la distribución de su terreno tiene un raro parecido a la figura de un ave, y por supuesto para posibles intelectuales ¿por qué cualquier ave?, su raro parecido es con un búho, animal símbolo de la sabiduría, cosa con la que hacemos gala de nuestro inevitable gusto por considerarnos cercanos a los griegos. La Universidad Nacional de Colombia tiene hasta en sus arranques arquitectónicos la huella inequívoca del saber, tiene un carácter que ha de despertar en el silencio de la posibilidad de tener forma de búho el conjuro para no dejar de ser un albergue para el aprendizaje, para el conocimiento, es una invocación a lo que se supone va el que hacer universitario.
Obviamente lo más seguro es que Leopoldo Rother quien fuera el arquitecto diseñador del proyecto de la Ciudad Universitaria no pensó, ni pensaría en recrear un animal en su estructura, sin embargo para algunos soñadores como yo, entre sus trazos y ordenaciones transformó la realidad de un espacio físico, en un espacio de ensueño e irrealidad dentro de la propia realidad, que nos permite sentirnos más cerca de la figuración de lo que puede ser el pertenecer a una Institución como lo es la Universidad Nacional de Colombia.
El búho puede que sea una mala jugada de la imaginación, es más puede ser una alucinación colectiva, o mejor un chisme corrido a voces que llegó a las pupilas de muchos que lo escucharon, pero ante todo los que logramos observarlo tenemos muy presente que ya para nosotros es una realidad que nos hace sonreír y creer en una responsabilidad frente a este lugar mágico de conocimiento y por lo tanto frente al país. Como mínimo, pero con gran importancia, es una creación colectiva que ha tomado distintas tonalidades y afectos pero que ante todo sobrelleva, expone y es testigo de la historia e historias que guarda la Universidad como tal.
Por último vale la pena decir que si fuese un sapo o una lagartija difícilmente haríamos alusión a tal parecido.
Y tú qué piensas, ¿estamos realmente alucinando?

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